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LA EUCARISTÍA.(Sacramento de iniciación) JESÚS ES ALIMENTO

COMUNIÓN=COMÚN-UNIÓN
Comulgar es aceptar, comulgar a Jesús es aceptarle, aceptar su mensaje, aceptar los valores del Reino de Dios y hacerlos vida en nuestra vida. Por eso celebrar la Eucaristía es "fundirse"  con Jesús y hacerse uno en Jesús y con los demás cristianos

"todos los sacramentos están ordenados para la Eucaristía  (Sto.Tomás)
La Eucaristía es la renovación del misterio pascual. Cada vez que se celebra la Eucaristía se actualiza la salvación de la Humanidad. La Eucaristía es la conmemoración de la última cena en la que Jesús instituyó este sacramento.          Llegada la hora de irse al Padre, Jesús quiere quedarse con los hombres, y se queda  en el Pan y el vino compartidos.         Se queda en el pan (el pan es símbolo del alimento necesario para vivir) Se queda en el vino (símbolo de amistad y de fiesta).  El pan se parte y se reparte para dar vida. El vino se comparte para celebrar.                                                              
No hay mejores signos (el pan y el vino) que puedan expresar la entrega de Jesús, la entrega de su propia vida, consiguiendo así para los hombres la filiación divina, la vida de la gracia y la vida eterna.

Cada vez que el sacerdote, durante la misa, repite las palabras que Jesús dijo en la última cena: “Tomad y comed este es mi cuerpo. Tomad y bebed esta es mi sangre. Haced esto en memoria mía”  se renueva, se recrea el misterio de la cruz, el misterio de la muerte y resurrección de Jesús                                         
La Eucaristía es el sacramento por excelencia, que da a los cristianos la oportunidad de unirse realmente a Jesús, y en Jesús, a los demás cristianos.
Para recibir la Sagrada Hostia, el cristiano debe estar en “estado de gracia”, es decir en amistad con Dios    
                                                       
 La consagración consiste en la recreación, durante la misa, del momento en el cual Jesús durante  la Última Cena, tomó pan y vino y se lo dio a los apóstoles, diciéndoles “Esto es mi cuerpo” en relación al pan y “Esto es mi sangre” en relación al vino, "Haced esto en memoria mía" Es en este momento de la misa cuando sucede lo que llamamos  transubstanciación, o sea, la substancia material que constituye el pan se convierte en el cuerpo de Cristo y la que constituye el vino se convierte en su sangre.


VATICANO, 5 Febrero El Papa Francisco                           explicó la importancia vital de la Eucaristía 
Hoy les hablaré de la Eucaristía. La Eucaristía se coloca en el corazón de la “iniciación cristiana”, junto al Bautismo y a la Confirmación, y constituye la fuente de la vida misma de la Iglesia. De este Sacramento del amor, de hecho, nace todo auténtico camino de fe, de comunión y de testimonio.
Lo que vemos cuando nos reunimos para celebrar la Eucaristía, la Misa, nos hace ya intuir qué cosa estamos por vivir. En el centro del espacio destinado a la celebración se encuentra el altar, que es una mesa cubierta por un mantel y esto nos hace pensar en un banquete.
Sobre la mesa hay una cruz, que indica que sobre aquel altar se ofrece el sacrificio de Cristo: es Él el alimento espiritual que allí se recibe, bajo el signo del pan y del vino. Junto a la mesa está el ambón, es decir, el lugar desde el cual se proclama la Palabra de Dios: y esto indica que allí nos reunimos para escuchar al Señor que habla mediante las Sagradas Escrituras y, por lo tanto, el alimento que se recibe es también su Palabra.
Palabra y Pan en la Misa se hacen una misma cosa, como en la última Cena, cuando todas las palabras de Jesús, todos los signos que había hecho, se condensaron en el gesto de partir el pan y ofrecer el cáliz, anticipación del sacrificio de la cruz, y en aquellas palabras: “Tomen, coman, este es mi cuerpo…tomen, beban, esta es mi sangre”.
El gesto de Jesús cumplido en la Última Cena es el extremo agradecimiento al Padre por su amor, por su misericordia. “Agradecimiento” en griego se dice “eucaristía”. Y por esto el sacramento se llama Eucaristía: es el supremo agradecimiento al Padre que nos ha amado tanto hasta darnos a su Hijo por amor. He aquí por qué el término Eucaristía resume todo aquel gesto, que es gesto de Dios y del hombre juntos, gesto de Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre.
Por lo tanto, la celebración eucarística es mucho más de un simple banquete: es propiamente el memorial de la Pascua de Jesús, el misterio central de la salvación. “Memorial” no significa sólo un recuerdo, un simple recuerdo, sino que quiere decir que cada vez que celebramos este Sacramento participamos en el misterio de la pasión, muerte y resurrección de Cristo.
La Eucaristía constituye el vértice de la acción de salvación de Dios: el Señor Jesús, haciéndose pan partido para nosotros, vierte, en efecto, sobre nosotros toda su misericordia y su amor, tanto que renueva nuestro corazón, nuestra existencia y nuestro modo de relacionarnos con Él y con los hermanos.
Es por esto que normalmente, cuando nos acercamos a este Sacramento, se dice que se “recibe la Comunión”, que se “hace la Comunión”: esto significa que en la potencia del Espíritu Santo, la participación en la mesa eucarística nos conforma en modo único y profundo a Cristo, haciéndonos pregustar ahora ya la plena comunión con el Padre que caracterizará el banquete celeste, donde, con todos los Santos, tendremos la gloria de contemplar a Dios cara a cara.
Queridos amigos, ¡no agradeceremos nunca suficientemente al Señor por el don que nos ha hecho con la Eucaristía! Es un don muy grande. Y por esto es tan importante ir a misa el domingo, ir a misa no sólo para rezar, sino para recibir la comunión, este Pan que es el Cuerpo de Jesucristo y que nos salva, nos perdona, nos une al Padre. ¡Es hermoso hacer esto! Y todos los domingos vamos a misa porque es el día de la resurrección del Señor, por eso el domingo es tan importante para nosotros.
con la Eucaristía sentimos esta pertenencia a la Iglesia, al Pueblo de Dios, al Cuerpo de Dios, a Jesucristo. Y no terminaremos nunca de captar todo el valor y la riqueza. Pidámosle, entonces, que este Sacramento pueda continuar a mantener viva en la Iglesia su presencia y a plasmar nuestras comunidades en la caridad y en la comunión, según el corazón del Padre.
Y esto se hace durante toda la vida. Y se empieza a hacer el día de la primera comuniónEs importante, que los niños se preparen bien a la primera comunión y que ningún niño deje de hacerla porque es el primer paso de esta pertenencia a Jesucristo, fuerte, fuerte después del Bautismo y de la Confirmación. Gracias





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